Esta disminución se traduce en 13,9 millones de sacos (de 60 kilos) a lo largo del año pasado, en comparación a los 14,7 millones producidos en el ejercicio anterior, según la Federación Nacional de Cafeteros.
Colombia es, sin duda, uno de los países más destacados en la producción mundial de café arábica. Haciendo balance de sus números, la FNC ha confirmado que, en el último mes del 2020, la cosecha colombiana fue de 1,7 millones de sacos en la variedad de “suave lavado”, es decir, un 4% más que las cifras de diciembre del 2019.
Se trata de un récord que no se anotaba hacía más de dos décadas: “El café es y seguirá siendo la esperanza de Colombia, los cafeteros le cumplieron al país y así lo confirma el volumen de producción y el valor de la cosecha de alrededor de 9 billones de pesos (unos 2.600 millones de dólares), recursos que llegan directamente a movilizar la economía de más de 600 municipios cafeteros”, apuntó Roberto Vélez, gerente general de la Federación.
Previo a este último ejercicio, durante octubre, según expone la agencia EFE, la producción bajó un 5%, pasando de 4,5 millones de sacos del periodo anterior a 4,3 millones. A esto se suma la situación provocada por la pandemia: si bien la FNC aplicó diferentes protocolos de bioseguridad y la recogida de las cosechas, las exportaciones del producto colombiano bajaron un 8%, rozando los 12,5 millones de sacos.
Una tendencia a la baja que se mantuvo en diciembre de 2020, ya que se ubicaron en torno a los 1,3 millones de sacos exportados, un 6% menos que en 2019 durante el mismo mes.
