La calidad, el sabor o el origen del cacao son factores clave a la hora de escoger un chocolate para la distribución automática. No obstante, existen otros rasgos, quizás menos conocidos, que determinan cómo será el chocolate: es el caso de la granulometría.
Siendo el café uno de los productos más importantes para las máquinas expendedoras y junto a el, otra bebida básica, el chocolate, nos preguntamos que hay de especial en estos productos diseñados específicamente para la venta automática.
La distribución automática cuenta con fabricantes propios y especializados que se encargan de elaborar un producto con características concretas para que su comportamiento en la máquina sea óptimo, teniendo presente las fortalezas de una expendedora, pero también sus debilidades.
¿Por qué es tan importante disponer de productos confeccionados puramente para el canal?
Básicamente, porque su influencia en el número de servicios y el rendimiento es directamente proporcional a la capacidad que tienen de adaptarse a esas posibilidades que ofrecen las máquinas automáticas.
Pero no siempre la calidad del producto es el único responsable de un resultado satisfactorio en una máquina. Cuando hablamos de solubles, hay otros rasgos que tienen una gran incidencia en el servicio, características del café, la leche, el cacao o el té que se emplean que, combinados con la configuración de la máquina, tienen una influencia determinante. En especial, es necesario centrarse en la granulometría.
¿Qué es la granulometría?
La granulometría es la distribución de tamaño del grano que forma a un soluble. En el caso del cacao, haría referencia al tamaño de sus granos, que condiciona todo el proceso de elaboración de un chocolate.
La granulometría en el chocolate para la distribución automática
Anteriormente mencionábamos que la calidad o el sabor son características importantes en un chocolate. Si bien estos siempre son determinantes, cuando hablamos de productos solubles para máquinas automáticas, la granulometría es un gran elemento diferenciador, sobre todo en productos tan porosos como el chocolate para la distribución automática.
Tal y como sostienen desde Vendin, empresa especializada en la elaboración de este tipo de productos, “un buen nivel de granulometría hará que el chocolate en polvo no se apelmace en el fondo de la bebida, ni que obstruya el depósito de la máquina”.
De hecho, desde Vendin han analizado cuál es el mejor nivel de granulometría en el chocolate de las máquinas; considerando que la solubilidad es tan importante como la granulometría: “Para que estos atributos mantengan su máxima calidad recomendamos que se mantengan estables, con el menos grado de humedad posible y uniformes”, sostiene la compañía.
Las máquinas automáticas dispensan bebidas a una temperatura determinada, por lo que la granulometría ha de estar acorde a esa temperatura para poder disolverse en la leche o en el agua.
En otras palabras, el chocolate debe presentar una densidad y una dosificación continúas, tanto para mantener el buen estado de la máquina automática, como para que se disuelva correctamente en el vaso.