La inmersión de la Directiva SUP (904/2019) sobre la reducción de los productos de plástico de un solo uso dentro de la Ley de la Delegación Europea, del 22 de abril, publicada en el Boletín Oficial, podría incidir ferozmente contra todo el sector dedicado a la producción de vasos, paletinas y otros envases destinados a las máquinas de vending.
El debate contra la Directiva Europea vuelve a estar candente. Tras darse a conocer la transposición de la misma dentro de la Ley de la Delegación Europea el viernes pasado, la industria ya ha empezado a expresar sus temores frente a esta legislación, que culminará el próximo 3 de julio con la prohibición de la comercialización dentro del mercado europeo de cualquier producto elaborado a base de plástico.
La traducción real de estas medidas es el recorte de hasta el 90% de los puestos de trabajo que corren a cuenta de todo un entramado de producción, fabricación y distribución de estos envases dentro de la industria de la distribución automática.
A esto se suma que el reglamento no prevé la falta de una alternativa válida y eficaz que permita respetar las indicaciones de la propia directiva. Así lo ha trasladado el presidente de la CONFIDA, Massimo Trapletti: “Según la Directiva Europea cuando no hay alternativas, como en este caso, los países individuales, solo deben perseguir los objetivos de reducir el consumo y no prohibir la comercialización. Por tanto, la ley de transposición italiana prevé restricciones desproporcionadas y discriminatorias para los fabricantes de paletinas, que sufrirían un considerable perjuicio económico. Todo el sector del vending estará en dificultades después del 3 de julio por la falta de un accesorio fundamental para la prestación del servicio”.
De hecho, la Directiva Europea instaura que el actual plástico desechable se sustituya por, textualmente: “un polímero natural no modificado químicamente”. No obstante, esta tipología aún no puede asegurar la perdurabilidad del envase, ya que aquellos bioplásticos compostables no pueden soportar temperaturas de entre 80 y 90º que alcanzan las bebidas de las máquinas automáticas.
Riesgo para las empresas locales
¿Y en cuanto a los vasos de papel? Según confirma la asociación italiana, la madera como materia prima (en 2019, solo el 1% de este tipo estaban en el mercado frente al 97% formado por los de plástico), además de no tener certificaciones de reciclabilidad y ser menos resistente que el plástico a la humedad y al calor dentro de la máquina; por noma general, suele ser un producto importado, y como tal, pone en riesgo las empresas locales productoras.
En el caso italiano, la industria de las paletinas de plástico está conformado por compañías locales cuya actividad se centra exclusivamente a este producto. Todo el patrimonio y activos de la empresa, como lo pudieran ser las maquinarias utilizadas en la fabricación, no podrían, valga la redundancia en el tema, reutilizarse o reconvertirse: esto conllevaría unas pérdidas de millones de euros que se suman a una crisis sanitaria que tiene al sector haciendo números para poder seguir a flote.
“Asimismo, las paletinas de plástico –concluye Trapletti- son productos reciclables hechos del mismo material que los vasos utilizados en las máquinas expendedoras. Por ello, se han incluido en el proyecto RiVending querido y promovido por CONFIDA, Corepla y Unionplast, que se ajusta a los principios europeos de la economía circular, proporcionando un ‘fin de vida’ virtuoso al plástico de las máquinas expendedoras”.
Fuente: Hostelvending
