El café tomado con moderación nos ayuda a ser más efectivos, aumentando nuestro ritmo de trabajo y reduciéndonos el estrés.
Esto se debe entre otros factores a que la cafeína activa la dopamina y la epinefrina, neurotransmisores cerebrales que nos mantienen en estado de alerta y nos ayudan a conseguir un mayor grado de concentración.
Está también demostrado que los consumidores habituales de café cuentan con mayor cognitividad que aquellos que no incorporan este hábito a su rutina diaria, afectando la cafeína de manera positiva a nuestra memoria y agudizándonos la percepción.
Quizá por estos motivos no sea casual que como más presente se encuentre la concentración y la creatividad en un puesto de trabajo, mayor es la cantidad de café que se consume en él.
¿Sabías qué? Muchos analgésicos incorporan la cafeína en su composición, pues está demostrado que ayuda a aliviar de manera efectiva el dolor de cabeza y las migrañas leves.
Los profesionales que más café consumen, según estudios realizados en Estados Unidos en colaboración con Dunkin Coffe, son en primer lugar los investigadores científicos, seguidos de los profesionales de las relaciones públicas y del marketing, administradores de salud y enseñanza, escritores, editores, cocineros y trabajadores sociales, respectivamente.
En definitiva, todo parece indicar que la ingesta de café en nuestros puestos de trabajo, no desemboca en un gasto de productividad sino todo lo contrario, aumentando la creatividad, la concentración y el rendimiento de los trabajadores.